La "ruta del Cares" es una preciosa excursión muy conocida por el norte de nuestro país, es un desfiladero con un camino impresionante en gran parte excavado en la montaña, atraviesa una zona preciosa de los Picos de Europa entre León y Asturias. La ruta se ha hecho famosa por lo divina que es, son 24 km entre ida y vuelta y toda persona amante del monte la ha hecho.
Este verano, en julio salió la idea de hacerla por fín y allá fuímos. Cargamos la mochila, nos calzamos las Salomón y comenzamos. La primera media hora iba estupenda hasta que noté algo raro en el pie derecho y cuando miré hacia abajo vi que la suela de la bota se había despegado ( entre el calor y que las botas llevaban guardadas en el trastero varios años) decidí despegarla del todo, pues quedaba sujeta por un hilillo en la parte de adelante y como total, debajo llevaba una plantilla muy dura, me dije que podrían resistir...
Al rato comenzó a fallar la otra bota y me quedé sin suela tambien. pero parecía que aguantaba.... y sí, aguantó.... pocos kilómetros, pero yo me dije que iba a subir... y subí. En un momento dado les quitamos la cuerdas que sujetaban los bastones de caminar y atamos las punteras... pues iba perdiéndolas.... pero seguí subiendo. Ya llevábamos varias horas y yo veía que no aguantaban, pero era imposible, había que llegar arriba, no me podía quedar a medio camino. Vimos a otros que ya volvían y les preguntamos que cuanto quedaba para llegar a Caín, el punto final de la ruta... y aún faltaban 40 minutos, las cuerdas se habían deshecho y ya no me quedaba nada del piso de las botas...
Pero llegamos a Caín, todos muertos de la risa, claro, todos menos yo. Al llegar había puestos de postales y a la desesperada pregunté si tenían calzado y me dejaron atónita al pedirme mi número de pie. Me dijeron que comenzaron a vender calzado cuando mucha gente llegó en parecidas condiciones a las mías. Compré las deportivas más baratas y tras comer volvimos por nuestros pasos a buscar el coche. El año que viene la vuelvo a hacer, pero en mi mochila solo voy a llevar una botella de agua y calzado de repuesto, que total, arriba hay puestos con pan y embutido, que mi comida para cuatro volvió casi entera....
Bueno, vale, esto no me ha pasado a mí, le pasó a mi amiga Mari y me lo contó ayer, y me lo contó con tanta gracia que me estuve riendo un buen rato, de hecho la dije que esta historia era un post de categoría. Supongo que será la primera que me lea , aunque no he podido transmitir la angustía que ella me relataba cuando veía que se quedaba tirada en la montaña, descalza...